
De la rabiosa pasión de los celos, ¿quién podrá hablar sino ¿quien la padece? Y aunque la padezca, quien la podrá explicar, llamarla furiosa locura, confuso infierno, increíble verdugo del corazón?
Obras completas, Volume 1, Francisco de Quevedo - M. Aguilar, 1945